Reseña

apodaron como “El Embajador” a Gilberto Delgado, un joven
periodista, intelectual, político y empresario que lideró el
proceso de formación durante las primeras décadas del siglo
XX, impulsando estructuras institucionales, sociales,
deportivas y culturales que fueron el cimiento de esta
comunidad.
En poco menos de una década logró complejizar una sociedad
pautada por la dinámica rural en plena transformación, que
proponía una mixtura entre una clase media pujante y la
pobreza extrema de un amplio sector de la población, que
padecía las secuelas de la inmigración, el analfabetismo, la
explotación laboral, entre otros factores. Impulsado por el
ideario batllista, aunque procediendo con una transigencia
llamativa, promovió mediante distintas acciones la apertura e
inclusión de estos sectores postergados.
Acompañó a un grupo de mujeres que desde San Martín y
Pueblo Rodó lograron encender un movimiento feminista que
se extendió a nivel nacional.
En la última etapa de su vida estuvo al frente del diario El
Radical de Mercedes, -un órgano de prensa que bajo su
dirección-, se constituyó como un emblema del periodismo y la
causa democrática. Enfrentó decididamente la dictadura de
Gabriel Terra, padeciendo la censura y la persecución del
régimen. Su compromiso lo ligó a la Guerra Civil Española,
integrando el Comité Pro Ayuda y Defensa de la República
Democrática Española en Uruguay.
Su prematuro fallecimiento significó no solo el fin de una vida,
sino también de un ciclo de tonalidades modernizantes que, -en
perspectiva-, vale la pena repasar y repensar.