Reseña

Carlos Petrella, Carlos Tessore y Mauro Rios hemos completado una profunda investigación sobre la manera en como los seres humanos podemos transformar la realidad a partir del trabajo. Nos introdujimos en una reflexión sobre cómo la humanidad ha organizado el trabajo a lo largo del tiempo. Desde las sociedades preindustriales, hasta la postindustrial donde exploramos una nueva era en que la digitalización y la automatización, dando paso a las máquinas inteligentes (sin ser estrictos con el término), éstas escriben notas periodísticas y gestionan el contenido completo de un medio digital o portal, en el futuro podrán curar a personas enfermas, enseñar a nuestros niños oficiando de verdaderos docentes y maestros frente a un aula, o perseguir a los delincuentes ya no sólo en un rastreo de cámaras sino con fines de captura física.
Consideramos que los aspectos vinculados al trabajo, así como otros aún por descubrir, requieren un análisis riguroso. Es imperativo identificar alternativas que permitan prevenir los escenarios más adversos y mitigar los impactos negativos derivados de la rápida automatización, la cual podría desplazar el trabajo humano a un ritmo que comprometa nuestra capacidad de adaptación, considerando que hoy ya nos vemos en dificultades al intentar desarrollar regulaciones que muchas veces llegan tarde o bien quedan rápidamente obsoletas, cuando no están focalizadas en nuestros temores más que en propiciar el desarrollo seguro y ético de la tecnología.
Hemos desarrollado líneas investigativas complementarias sobre lo que está pasando actualmente en cuestiones como la automatización de áreas antes reservadas a personas, el fortalecimiento tecnológico, la reestructura y reconversión de los puestos de trabajo y la aparición de nuevos procesos organizativos que reconfiguran la naturaleza misma de las empresas, organizaciones y gobiernos.
Nos hemos atrevido a un análisis sobre la desaparición de profesiones y el surgimiento de nuevas áreas de trabajo, cambios que se espera tengan lugar con el futuro. En el eventual advenimiento de la “Artificial General Intelligence” y de la “Artificial Superintelligence” cada vez existen menos dudas en cuanto a que se perderán varios millones de puestos de trabajo al comienzo, ya que es claro que la humanidad no podrá adecuar sus modelos y estructura laborales y tampoco educativas, tan rápidamente a esta tecnología.
Aunque la balanza numérica de puestos de trabajo esté dando positivo en opinión de estudios globales, el desplazamiento de mano de obra que pasará a ser obsoleta tiene detrás personas que no podrán reconvertirse. Nuevas generaciones ocuparán nuevos trabajos, pero varias generaciones perderán el suyo.
Este escenario no es simplemente una cuestión referida al trabajo, sino que abre una profunda interrogante existencial: ¿qué rol tendrá el Ser Humano en un mundo donde la inteligencia artificial pueda realizar casi cualquier labor?
El avance acelerado de la tecnología y la irrupción de la IA han dado origen a lo que algunos denominan un "nuevo verano tecnológico", un periodo en el que la velocidad del cambio ha desafiado nuestras capacidades tradicionales de adaptación y cohesión institucional.
Un verano que no ha estado exento de intensas tormentas. El desarrollo de la inteligencia artificial evidencia su capacidad para desplegarse más allá de los límites establecidos por su programación inicial. En este escenario, surgen interrogantes fundamentales, tales como: ¿nos encontramos al umbral de una nueva era en la que las máquinas podrían operar sin la necesidad de nuestra supervisión o guía?
Esta evolución, sin precedentes en la historia del desarrollo tecnológico de las capacidades de las innovaciones como la IA, encierra el potencial de conducirnos, en cuestión de pocos años, desde un horizonte soñado y esperanzador hacia una profunda e inquietante pesadilla. Claro, si no se adoptan medidas adecuadas. No obstante, es precisamente dentro de este marco, que nosotros optamos por sostener una mirada optimista y, a lo largo del trabajo, proponemos acciones y procesos orientados para promover avances positivos y sostenibles.
La dualidad entre el progreso imparable de la tecnología y la fragilidad de las estructuras sociales tradicionales, junto a esta aceleración digital no solo desafía la viabilidad del empleo convencional, sino que también reconfigura la identidad misma del trabajador.
En esta investigación hemos confrontado la inquietante posibilidad de que las máquinas no solo reemplacen el trabajo del individuo, sino que también releguen la dignidad y el sentido de propósito del Ser Humano a un segundo plano. Está en nosotros el permitirlo.