Reseña

Un anciano aquejado de hemorroides abandona el amparo de su familia tras un arrebato de furia motivado por una violenta discusión con su hijo. Entre los dolores que su mal provoca parte una mañana de su hogar sin una dirección definida. Lo aguarda la incertidumbre de no tener noción de lo que el destino le depara.
Durante toda su vida, Fabricio Sosa ha demostrado ser un hombre comprensivo y optimista. Pero nada es permanente, y al sentirse abandonado en un páramo de incomprensión, lo ahoga en su dolorosa soledad y su sentido común parece abandonarlo. Su único anhelo es hallar la calma y placidez necesaria que su vejez requiere, y descubre que no hay edad para crecer y florecer en la íntima humanidad.
En tan solo una semana su vida se transforma, pues su existencia toma un giro drástico en el cual halla senderos insospechados. Sentir en sus manos el timón de su destino, y conocer a una peculiar estudiante de la cual se hace amigo, lo lleva a través de experiencias inéditas.
La importancia de las cosas pierde relieve, si su propósito inicial era sobrevivir lo mejor posible cada día, pronto se ve obligado a proyectar sus ambiciones hasta el fin de su existencia... y acaso más allá.
En completa libertad, libre de responsabilidades, su yo interior se mueve a su antojo, conociendo personas y experimentando situaciones inesperadas que terminan desnudando algunas complejidades de la tercera edad. De tal modo, oscilando entre el humor, lo sorpresivo y lo dramático, termina de completar su madurez.
"Un anciano, una puta y una perra" muestra en forma descarnada las vicisitudes a las que se enfrenta la ancianidad. La incomprensión, los equívocos y los prejuicios, a los que podrían estar sometidos, no solo en el seno familiar, sino en todos los ámbitos. Es un reflejo de las circunstancias que cualquier persona puede enfrentar algún día.