Mi resurrecto barroco
Entre Hechizos y Recuerdos
Sí, está muy claro. Se me fugaron los mejores recuerdos
retornando el radar al iris de la cruel Realidad,
un tiempo ya pasado dejó huellas secas y trillos lerdos,
y hoy es amargo extravío de aquella feliz santidad.
Implotaron céleres las eróticas citas pretéritas
de juveniles y bisoñas, muy clandestinas hazañas,
atemperada resignación de sus insignias eméritas,
por activados lutos febriles de rituales y mañas.
Ahora sufro intentos de recuperar las fantasías
la tan inútil remisión agobiante de las amnesias,
patógena lid que ya esteriliza todas las porfías,
el memorioso sufrir, cuando caducan las anestesias.
Mejor pronto me voy. Y acaso vuelvo aterido después
entre ricos mitos, nirvanas, vahallas y paraísos,
consoladores misterios de esperanzada calidez,
restaurando el improbable misterio de los mil hechizos.