Salida de emergencia
Prólogo
Cierta vez leí un poema donde se hablaba de una isla y el poeta decía “Es una ventana cegada /embarrada de grandiosas apariencias”, hoy me encuentro con este conjunto de pequeños relatos que son sin dudas la misma ventana; esta vez abierta, por lo que penetra una brisa de triste certeza.
Si, así me permito fichar estas narraciones repletas de tanta sencillez, grito desesperado para darle alivio a un alma que supo en su debido tiempo engalanar sueños, ¡perdón!, “apariencias” y aunque sus manos dispuestas protagonizaban el mundo dentro de esa ventana, su corazón nada rebelde, corazón de joven al fin… lanzaba anzuelos y no aceptaba sonrisas.
Salida de emergencia es la exactitud protagonizada por gentes (elimino la frase de moda “de pie”) de coraje, de verdaderos sueños, quienes, si saben muy bien de la tristeza de una mesa, a la hora de una cena, gentes que sin interés de llevar en la cabeza una gorra y una estrella levantan su puño y condenan falacias cercanas que manchan la historia.
El autor, un hombre marcado de dolencia, ahogos, un joven diferenciado fustigo la venganza en estas páginas y sin poder esconder lágrimas, desde su obra, sin imposición, busca almas para Cristo, y logra sana justicia. Un arrimo divino de humanidad se filtra en algunos de estos relatos, donde la ironía, también está presente.
Jerome Dylan cita en su libro a Vargas Vila “Nacer es empezar a morir” y es la muerte quien da vida a estas páginas que invito a leer.
Pomelapocha