Reseña

Timoteo es el símbolo de las patriadas a lanza y coraje, que hicieron camino desde la Patria Vieja. Mestizo de cultura ágrafa, bebió en Artigas y sirvió con Oribe, asumiendo el valor de la libertad y las leyes. Su legendaria lanza hizo punta en las montoneras, defendiendo la divisa blanca y sosteniendo a los gobiernos legales. Su clemencia en Pedernal fue pagada con el genocidio de la triple alianza en Paysandú y Paraguay, que hizo exiliar a miles de blancos en Río Grande y Entre Ríos. Designios foráneos y usurpaciones locales frustraron el sueño de una potente federación rioplatense. En 1870 recruza el río con unos pocos, en nombre de un Partido Nacional ya pregonado por Oribe. Su prestigio convoca 8000 lanceros y suma al colorado Anacleto Medina, para recuperar lares donde vivir de su trabajo. Con la paz del 6 de abril de 1872, lanzas secas contra fusiles y ametralladoras, obtienen la primera coparticipación gubernativa. A su sombra, los blancos se organizan jurídicamente con el nombre de Partido Nacional. Honor y gratitud al centauro gestor de tamañas conquistas. Y que murió en pobreza.