Las cosas que quiero no se quieren entre sí
Los abundantes personajes que pueblan los cuentos de "Las cosas que quiero no se quieren entre sí" generalmente no se quieren entre sí y no son queridos por las cosas. El mundo muy reconocible, cotidiano, que describe Claudio Burguez con pelos y señales, es también el de la mediocridad impuesta o elegida. El de la derrota. El de la muerte. El del horror. No importa donde se esté, en Berlín o en La Comercial, en Estados Unidos o en Praga, porque el centro y la periferia son la misma cosa rota, venenosa, letal a corto o mediano plazo. La vida se rompió (o la rompimos) irremediablemente y Burguez inspecciona los restos con una lucidez ejemplar -
Felipe Polleri