La cita y otros artículos para dentistas
Wilson Javier Cardozo, el prologuista, anota “(a modo de) prospecto” lo siguiente.
Esta selección recoge una producción dispar y discontínua, siendo resultado -en su mayor parte- de circunstancias en las que el autor se vio involucrado y sobre las que no evitó pronunciarse. A pesar de ser fruto de la urgencia, más que de la elaboración exigente y rigurosa para consigo misma, ya deja traslucir la perspicacia y el humor mordaz a que nos habituarán los textos doldanianos. E, incluso inducirá al propio creador a la confusión que, inteligentemente, retratara el Dr. Arruti (en oportunidad de la presentación de su primer libro) cuando decía "Joaquín piensa que es odontólogo y que tiene por hobby la literatura; pero yo afirmo que es al revés. Y esto, sin desmedro de su capacidad y dedicación en lo meramente profesional".
Para expresarlo en el color de estos artículos, en ellos no hay asepsia.
Embarrados en el lodo de lo cotidiano, reflejan una permanente actitud militante, avisan sobre modelos no necesariamente literarios sino de cultura política (por ejemplo, "Las caries abiertas de América Latina"). Son, así quieren ser comprendidos, parte de una agitadísima e intensa actividad político-gremial. La misma que lo condujo a un enfrentamiento radical con las posiciones que sustentaba el entonces Presidente de la Asociación Odontológica Uruguaya. El que, después de celebrar contar con un colaborador de reconocidos méritos literarios, cuando se percata de lo corrosivo del humor que lo toma de blanco, por asalto, pretende descalificarlo refiriéndose a sus afirmaciones como "chabacanas cachadas". Ya era demasiado tarde.
Una mirada rápida nos muestra la inteligente estrategia de sus artículos, dual e integradora. El Doldán de la revista "Punto de Contacto" se halla interesado en alertar a sus compañeros de estudios sobre el "mal del profesionalismo", se encuentra preocupado en concientizarlos de la validez de la solidaridad. Por su parte, el Doldán de Prismas, revista de la Asociación Odontológica Uruguaya, desnuda el elitismo, el doble discurso, la pérdida de contactos con la realidad social a que siempre se expone una cúpula de poder; "... no olvidar que uno de los orígenes de estas cúpulas es la desidia de los demás", recuerda.
Los dos Joaquines se complementan, trabajan de consuno. Y conocen sus límites. Eso les permite quebrarlos. "Me dí cuenta que la desesperanza nos había colonizado", les dice a sus compañeros, a sabiendas de que la aparente derrota de una ocupación estudiantil escondía un avance significativo de la solidaridad; y a sus futuros colegas, al final de otro artículo, casi en voz baja -como en secreto- les confía "Nunca creí que los cambios dependieran o no de la presencia de gente joven, sino de gente renovadora y constructiva (que no tiene nada que ver con la edad)".
En muchas de estas páginas, pues, aparecerá el militante hábil a la hora de educar sin distanciamientos, al momento de la arenga sin poses de maestro. Sabe -y esto es lo que permite mucho de lo anterior- de convicciones sin dobleces, de una sinceridad "de a puños".
Mención aparte merecen "La cita" (que da nombre a esta selección de artículos para dentistas) y "La cita 2", publicados en 1990 y 1992, respectivamente, en la revista del Centro de Estudiantes de Odontología. El pretexto, en ambos, es narrar un encuentro amoroso.
Solo en La cita 2 (algo más breve que su obvio antecedente) menos de cuarenta oraciones contienen más de sesenta términos propios del léxico odontológico.
Así, el enamoramiento -caricaturizado a través de un lenguaje técnico- es algo más que un poderoso artefacto del humor y, en ocasiones, de la belleza misma. Es la denuncia de cómo se reduce groseramente la funcionalidad de la lengua no para servir a una imagen de "profesional de la salud" sino para encubrir la manifiesta incapacidad que, en general, padecen los odontólogos de comprender el mundo, de interpretarlo y verbalizarlo desde un punto de vista que no sea el del campo específico de su profesión.
Pésimo entendedor. Ginecólogo frustrado. Arrojado, como el que más, en el océano de la apatía. Futurista, para impedir que supriman el futuro. Memorioso, mucho más que un anciano. Crítico para siempre, este Doldán supo atender las palabras del viejo-médico-jubilado (real o ficticio) de "Boliche en verano": "abrí la mente, (...) si querés hacer ciencia, aprendé a escuchar, (...) no digas a nada que no sin razonar, (...) todo es posible porque se sabe poco, (...) porque se cierran los ojos y nos olvidamos que atendemos individuos, no máquinas."