Tuve que vivirlo para entenderlo
Este libro no fue escrito desde la teoría.
Fue escrito desde la herida.
Tuve que vivirlo para entenderlo es el testimonio crudo y valiente de una madre atravesada por la vida, por el juicio ajeno, por el dolor de ver a su hijo detenido a los 15 años, y por la pregunta que tantas veces duele:
“¿En qué fallé, si crié con amor?”
Este tercer volumen de la colección Padres bajo fuego no busca lástima, ni respuestas.
Ofrece presencia.
Palabras que acompañan desde adentro.
Una voz real que no se esconde ni se justifica, que se atreve a contar lo que muchos callan: que incluso los mejores padres pueden ser juzgados… y que a veces la vida golpea donde más duele, aunque hayamos hecho todo bien.