Quebrados
Deambulando por veredas desvencijadas, traslada al lector a un mundo fracturado que respira miedo, confusión, esperanza y
redención. Caras, almas, amigos y amantes,
mujeres y hombres, desfilando por el carnaval
arbitrario de las historias.
Las palabras construyen sendas laberínticas que
se entremezclan con la cotidianeidad de la vida
misma tejida por los hilos de la incertidumbre de
las aristas mundanas. Pintando caleidoscopios
que respiran humanidad y urbanidad.
Con una prosa cargada de poesía del andar, las
líneas invitan a reposar la mirada en cada coma,
metáfora y recoveco que el autor construye con
perfecta sincronía aerodinámica.