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ISBN 978-9915-9752-1-4

Inteligencia artificial: Desde el desarrollo sostenible, económico y de gobernanza, hasta la ética de la investigación en ciencias exactas

Autor:Lázaro Guillermo, Juan Carlos
Benito Pacheco, Oscar
Gonzáles Añorga, Carlos Máximo
Cámara Figueroa, Adegundo Mario
De la Cruz Vélez de Villa, Percy Edwin
Melgarejo Solis, Ronald Alfonso
Espinoza Acero, Hernán Noé
Editorial:Editorial Mar Caribe
Materia:Inteligencia artificial
Clasificación:Análisis de datos: generalidades
Público objetivo:Profesional / académico
Publicado:2024-12-27
Número de edición:1
Número de páginas:0
Tamaño:5Mb
Precio:$420
Soporte:Digital
Formato:Pdf (.pdf)
Idioma:Español

Reseña

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los pilares fundamentales del desarrollo tecnológico en el siglo XXI, impactando prácticamente todas las áreas de la vida humana. En un contexto de creciente preocupación por el medio ambiente, la economía global y la gobernanza, la IA ofrece tanto oportunidades únicas como desafíos significativos. Este ensayo explora cómo la IA puede contribuir al desarrollo sostenible, al crecimiento económico y a la mejora de la gobernanza, al mismo tiempo que aborda los dilemas éticos que surgen en la investigación de ciencias exactas.
Desde una perspectiva de desarrollo sostenible, la IA puede desempeñar un papel crucial en la optimización de recursos naturales y en la reducción de la huella de carbono. Las tecnologías de IA permiten un manejo más eficiente del agua, la energía y otros recursos, promoviendo prácticas más sostenibles en diversas industrias. No obstante, es imprescindible garantizar que el desarrollo de estas tecnologías no contribuya al agotamiento de estos recursos ni al deterioro del medio ambiente.
Económicamente, la IA promete revolucionar sectores enteros, desde la manufactura hasta los servicios financieros, facilitando procesos más rápidos e innovadores. Sin embargo, la automatización también plantea preocupaciones sobre la pérdida de empleo y la desigualdad económica, lo que requiere una atención especial en la formulación de políticas que aseguren una transición justa para todos los trabajadores. En este contexto, la gobernanza de la IA se enfrenta a retos legales y éticos, incluyendo la privacidad de los datos y la transparencia en los algoritmos.
La implementación de regulaciones adecuadas es esencial para garantizar que los beneficios de la IA se distribuyan equitativamente y que se protejan los derechos de los ciudadanos. Este ensayo se adentrará en cada uno de estos aspectos, evaluando los riesgos y beneficios asociados con el avance de la inteligencia artificial en nuestra sociedad actual. Por lo tanto, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una herramienta crucial en la búsqueda del desarrollo sostenible. Su capacidad para procesar grandes volúmenes de datos y aprender de patrones permite optimizar recursos y mejorar la eficiencia en diversas áreas. Sin embargo, es fundamental analizar el impacto ambiental de esta tecnología, así como su potencial para impulsar soluciones sostenibles.
La formación y operación de modelos de aprendizaje automático, especialmente aquellos que requieren cantidades masivas de datos, puede ser intensiva en energía. Los centros de datos que alojan estas operaciones generan una huella de carbono significativa. La inteligencia artificial (IA) está transformando la economía global de diversas maneras, principalmente a través de la innovación en sectores industriales y la automatización de procesos, lo que, a su vez, genera implicaciones significativas para el empleo.
Para los autores, la clave estará en adaptar la educación y la formación laboral para preparar a la fuerza laboral ante estos cambios. La gobernanza y las regulaciones de la inteligencia artificial (IA) se han convertido en temas prioritarios en la agenda mundial debido a su creciente influencia en diversos aspectos de la vida cotidiana. La rápida evolución de esta tecnología presenta varios desafíos legales y éticos que requieren una atención inmediata por parte de los legisladores y de la sociedad en general.
Uno de los principales dilemas éticos en la investigación de ciencias exactas es la manipulación de datos. La integridad científica exige que los datos sean manejados de manera honesta y transparente. Sin embargo, la presión por publicar resultados innovadores puede llevar a algunos investigadores a alterar o seleccionar datos que favorezcan sus hipótesis, comprometiendo así la validez de sus trabajos. Otro dilema importante es el sesgo algorítmico. A menudo, los algoritmos de IA se entrenan con conjuntos de datos que reflejan sesgos históricos o culturales. Esto puede resultar en decisiones injustas, especialmente en áreas como la contratación o la justicia penal. Es esencial que los investigadores sean conscientes de estos sesgos y trabajen activamente para mitigarlos.
La responsabilidad en el desarrollo y aplicación de la IA es un tema igualmente relevante. Existen preguntas éticas sobre quién es responsable de las decisiones tomadas por un sistema de IA. ¿Es el programador, la empresa desarrolladora o la entidad que utiliza la tecnología? La falta de claridad en esta responsabilidad puede llevar a una ausencia de rendición de cuentas en caso de errores o malas prácticas. Además, el uso de la IA en el ámbito militar plantea serias preocupaciones éticas, como el potencial uso autónomo de sistemas de armas.
La imposición de límites éticos en estas investigaciones es indispensable para asegurar que la IA se desarrolle de manera responsable y con un enfoque centrado en el ser humano. En términos de gobernanza, la regulación de la inteligencia artificial es vital para garantizar que su desarrollo se alinee con los intereses públicos. Los desafíos legales son amplios, desde la privacidad de los datos hasta la responsabilidad en casos de mal funcionamiento de sistemas automatizados. Los marcos políticos que se implementen deben ser flexibles y adaptables para responder a la rapidez con la que avanza la tecnología.
En general, se busca que la inteligencia artificial integre a todas las áreas del saber de manera transdisciplinar, en especial a las ciencias básicas y exactas, donde el dilema ético asociado con la investigación en ciencias exactas no puede ser subestimado. Es vital que las comunidades científicas y tecnológicas se adhieran a principios éticos sólidos y promuevan la transparencia y la responsabilidad. Solo así podremos asegurar que la inteligencia artificial sea un motor de progreso y no una fuente de conflictos o desigualdades. Por lo tanto, el futuro de la IA depende de un enfoque colaborativo que contemple todas estas dimensiones.

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