Reseña

La belleza tiene una forma extraña de nacer
En este primer libro de Arteaga, una mujer se esta mirando parada sobre el siglo de las ideas muer- tas, donde el silencio invita al cuerpo a pronunciar palabras que la ayudan a dormir. Dándole así, lugar a una voz que se pronuncia desde lo roto, para reconstruirse entre versos que arden mientras se van alejando aquellos con los que se soñaba en un presente incierto, rodeada por lo cotideano, por gestos que se esfuman como el humo de un cigarro.
Ganarle al tiempo en un poema. Contemplar las cosas desde ese lugar que aún permanece entero en la memoria, y que, la autora vuelca de manera magistral en este libro. No hay nada que no esté roto. Por eso estos versos llevan la tarea de reconstrucción, del grito en un espacio que todavía se mantie- ne en pie.
Hay una conciencia de la realidad que nos rodea. Las palabras justas cayendo como la última mone- da.
Hay un amor que no supo pronunciar el nombre y cuando lo hizo, este se desarmó junto con las pa- labras.
La voz de Arteaga se despliega en este libro como la voz de otras mujeres poetas. Así como Idea creaba a tráves de palabras simples, poemas que caían como un baldazo de agua fría sobre sus lecto- res (aún siguen cayendo y seguirán) Arteaga camina por la misma senda. Su lenguaje es simple y limpio, sin tantos artilugios ni metáforas. Sus versos son fuertes pero también son versos con una carga de dulzura y erotismo.
La belleza tiene una forma extraña de nacer dice uno de sus versos. Me parece acorde estas pala- bras para finalizar diciendo que en este libro la belleza nace de esas cosas que siempre, siempre per- maneceran de pie, sin importar los golpes ni las ausencias, la autora sabe de esto y deja que nazca este libro desde ese lugar.
Aquí las palabras se reconstruyen solas, el amor se acerca y se aleja, Montevideo no se entera pero está. Una mujer se esta mirando y escribe: No hay nada que no esté roto.

Magdalena Portillo