Corredores
En algún lugar alguien aguarda el amanecer. Aguardar es una palabra hermosa que viene de la cuna de los guardianes, de los que cuidan. Un ojo que se despierta cuando aún la ciudad duerme su noche poblada de fantasmas y fantasías … y aguarda, aguarda hasta que la luz se hace presente y el bullicio de se apodera de las calles. Un ojo que nos ha atrapado desde el primer momento por esta forma de hacer, entretejiendo palabras, melodías y estas capturas, a veces borrosas pero necesarias, como testimonios inevitables de que Amanece, siempre Amanece. Una percepción atenta y sensible más allá de lo evidente puede intuir la intensidad emocional de un hombre que se despierta y celebra el acontecimiento de un nuevo día … y lo comparte, tal vez para despertarnos en un sentido más grande que el mero abrir los ojos. El privilegio de ver la luz, de sabernos vivos nos toma por completo en estos gestos matinales.
Para el distraído esto puede ser solo una colección de fotos borrosas y repetidas. Para el artista, esto puede ser lacerantemente profundo. No hay escapatoria ante la evidencia de un devenir marcado por la insistencia del giro planetario y el amanecer que se sucede, día tras día…
En este puente entre el sueño y la vigilia el autor nos abre la puerta a un mundo donde se desdibuja lo real, entre recuerdos y voces que conversan sobre lo cotidiano, dislocan el espacio y nos trasladan hacia playas y habitaciones de la infancia, juegos y amores.
Un extraño pelotón de ciclistas, casi fantasma, aparece y desaparece como si fuera transeúnte de una ruta que desconocemos, generando un paisaje donde conviven múltiples planos.
No es posible entrar en esta poetografía sin renunciar a la razón. El que quiera entender algo se perderá a mitad de camino. Este es un camino en espiral, sin tiempos ni lógicas secuenciales. Aquí se habla otro lenguaje, el que sólo podemos comprender cuando la luz del amanecer o el canto del primer pájaro nos deja extasiados, sin aliento…
Para nosotros ha sido un hallazgo que celebramos y agradecemos.
Malia Ferrer