Reseña

Un hilo rojo en fondo blanco representa el sentimiento de vivir la
experiencia, no sólo de estar en la Antártida, sino de todo lo que significa.
En mayor o menor medida, todos conocemos la historia milenaria de ese hilo rojo imaginario que nos une con aquellas personas a las que estamos
“destinados” en la vida. Bajo esa teoría, no importa en qué vida, ni momento, ni lugar, ni dimensión, esa magia entre esas dos personas es más fuerte, y hace que sea, hasta inexplicable, ese sentimiento tan inmenso, que no se puede apagar en el alma.

Pues de eso se trata este libro, no atribuido a una persona sino a un lugar, al que parece mantenerme unida esa fuerza de atracción que supera todo. Cada página refleja ese sentir, y la “no casualidad” con que suceden las cosas, en el tiempo que parece, deben ser. Es también, muestra del logro, de que aquello que se anhela con ganas, desde lo profundo y que nos hace genuinamente felices. En este caso, en ese fondo blanco interminable que le da el marco, aún más visible, a aquello que está destinado a ser…

Una cronología, al principio, de los sucesos que llevaron a la concreción final; y más anecdótico luego, al contar cada historia que formó parte. No todas, porque no tendría fin; pero sí, cada una de ellas, relatada de forma real y “al natural”; sin vueltas. Sólo con esos toques que las hacen únicas.