Game o ver? Game over
Palabras de una mujer que se hace a sí misma. Que se deshace y se rehace. Frente a la ausencia del otro y de sí misma. Frente a la presencia del otro y de sí misma.
Mujer habitada por demonios que acepta en su mesa. En la soledad y en el encuentro, en el silencio y en el borbotón de palabras que fluyen.
Versos que me llevan a Delmira y a Marosa. Esa feminidad tan particular, tan erótica y vital, tan primigenia. Esa idea de que las mujeres damos, siempre y parece estar en nuestra condición, simplemente ¿Naturaleza o herencia?
Reconocerse compleja y hasta oximorónica, con luces y sombras, con inmensa melancolía y pletóricas ganas de vivir, con la angustia constante de reconocerse sensible y arrolladora en el dolor y en la alegría. Aceptando que, quizás por ser mujer, como dice Alfonsina, lleva un mar dentro y ese mar muchas veces no está en calma y que allí también hay belleza.
Construcción constante, mutable, de goteo abrazando la oscuridad que nos habita y la palabra que libera. Deseos de entender, de encontrar el equilibrio y la tan ansiada paz.
Compartir, tratar de entender, ayuda a sanar. Por compartirnos tus palabras, Patricia, ¡gracias!
Profesora Luciana Rossi Lusiardo