Los dones y frutos del Espíritu Santo
Sin el Espíritu Santo, Dios está lejos, Cristo se queda en el pasado, el Evangelio en letra muerta, la Iglesia no pasa de simple organización, la autoridad se convierte en dominio, la misión en propaganda, el culto en evocación y el quehacer de los cristianos en una moral propia de esclavos.
Sin embargo, con el Espíritu Santo el universo se hace transparencia de Dios. Cristo resucitado se hace presente en medio de nosotros, el evangelio es una fuerza de vida, la Iglesia el lugar de encuentro con Dios, la autoridad un servicio liberador, la misión un testimonio de vida, la liturgia el lugar de una presencia, y el obrar cristiano una eclosión de la vida divina.