Agua
"De una belleza extrema, imponente y a la vez desolladora, Agua de Ana Lissardy levanta una de las imágenes más nítidas que la poesía de hoy está mostrado de nuestra radical orfandad y de las cada vez más inaudibles señas que nos arroja el devenir. Una niña que lleva la última gota de agua en medio de la aridez infinita del desierto de Atacama, le pide socorro a su madre que ya no responde, se lo pide entonces a las constelaciones, nebulosas y estrellas que se ven desde los gigantescos telescopios del observatorio ALMA; se lo pide a los sirenios que volvieron al mar hace millones de años y al propio desierto, exhibiéndonos así las huellas de una Odisea feroz cuyo silencio final puede ser el silencio final de la humanidad entera".
Raúl Zurita