Al rescate de la oralidad
Busca rescatar la oralidad como nuestro patrimonio y, en la medida en que jerarquicemos su estatura en los contextos de aprendizaje, estaremos caminando hacia esa sociedad sin grietas a la que aspiramos. Es fundamental reflexionar sobre cómo nos expresamos para lograr una comunicación certera. Hablar de oralidad es referirnos al acto de comunicación por excelencia, uno de cuyos ejemplos es la conversación cotidiana que cuenta quiénes somos, qué y cómo sentimos, qué y cómo vibramos en la vida a quien nos ve y escucha. A su vez, la capacidad integral del comunicador se da en el dominio de su oralidad y la lectura inmediata de sus interlocutores, quienes, a través de sus rostros, expresarán lo que entienden y lo que no, lo que les complace o lo que les disgusta. Así, estamos en el camino de una exitosa comunicación.
A nivel educativo (familia y sociedad), tener clara la importancia del lenguaje, de su incorporación y dominio,
hace que se vuelva relevante promover su enriquecimiento permanente.