Olas
Agustín sabe que María está interesada en él. María sabe que él lo sabe y sufre por eso. Federica le aconseja olvidarlo y no engancharse con nadie jamás. ¿Pero de verdad Agustín no está interesado en María? ¿No sucede a veces que el deseo se tropieza con la timidez o la torpeza? Por no hablar del azar, que produce encuentros emocionantes, desencuentros increíbles, o tragedias (porque la muerte siempre está a la vuelta de la esquina).
La admiración y la complicidad entre amigas, el cuestionamiento de la cotidianidad, las salidas nocturnas y el amor son algunos de los temas que fluyen en esta novela breve, que, escrita desde la perspectiva de María, es a la vez respuesta y pregunta a Médanos. Con lenguaje juvenil y sensibilidad, desde una adolescencia en la que el teléfono celular empieza a ganar protagonismo, estas páginas nos recuerdan que desear y concretar el deseo es y ha sido algo bien complicado.