Manul del catequista - Dios me creó con Amor
El espíritu que debe sostener el trabajo con chicos implica pensar la importancia de evangelizar
el mundo infantil con tiempo, esfuerzo, cariño e inteligencia (Documento Aparecida).
No llegamos a ser catequistas por una oportunidad laboral, sino por una vocación que nace de
la fe, del amor y de la esperanza. No somos magos, sino artífices de la primera evangelización
del niño. Algunos de ellos podrán llegar con una base familiar, pero, en la mayoría de los
casos, es nuestra responsabilidad inmediata dar junto a ellos los primeros pases en la fe.
Pasito a pasito llegaremos a construir una mayor conciencia de su pertenencia a nuestra vida
de cristianos.
Nuestros principales objetivos son que los niños se identifiquen plenamente con Jesús y que
comiencen a percibir que hay instancias de oración y de celebración festiva de la fe, donde
tienen que participar.
Los niños tienen una capacidad muy grande para el encuentro con Dios. Y, aunque pequeños,
están en la edad propicia para unir la fe con las obras; por lo tanto, ayudarlos a desarrollar su
sensibilidad los hará partícipes de esta Iglesia que, luego del bautismo, vuelve a abrirles la
puerta y los invita como cristianos y misioneros.
Seguramente, se encontrarán con días difíciles para enfrentar esta tarea, pero mi consejo es
sostenerse en los otros días, donde la alegría primó, para seguir avanzando.
Les auguro un muy buen año de catequesis y estoy a vuestra disposición para lo que necesiten.
Un abrazo en Jesús maestro, camino, verdad y vida.