UruguayUruguay
Detalle
ISBN 978-9915-41-375-4

CASTO MARTINEZ LAGUARDA
Un maragato en París, 1924

Autor:Gutiérrez Pérez, Jorge
Piñeyro, Ricardo
Editorial:Gutiérrez Pérez, Jorge Miguel
Materia:Investigación
Público objetivo:General
Publicado:2022-10-13
Número de edición:1
Número de páginas:194
Tamaño:19x26cm.
Precio:$600
Encuadernación:Libro en otro formato
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

Se trata de la edición de un libro sobre la gesta de la selección uruguaya en Colombes, en 1924, desde la reivindicación de la figura de Casto Martínez Laguarda.
Éste dirigente era en ese entonces neutral de la AUF, presidente de la Divisional Intermedia, además de ser miembro de la Comisión Nacional de Educación Física.
Como representante de la AUF, había encabezado la delegación para el Sudamericano de 1921 en Argentina, y en 1923 fue uno de los seleccionadores de los jugadores para la Sudamericana a jugarse en nuestro país, siendo esa selección la que al año siguiente logra la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Paris.

En 1924 parte solitariamente a Europa, designado por la Asociación Uruguaya de Fútbol que presidía el Dr. Atilio Narancio, en busca de concertar partidos amistosos que además generaran recursos para financiar la gira previa y la estadía en Paris.
Tomó contacto con el Dr. Enrique Buero y se reunió con el presidente de la FIFA Jules Rimet, transformándose en el primer dirigente de la historia de la AUF, en tomar contacto con un presidente de la FIFA.
También se reunió con el presidente del Comité Olímpico Internacional Pierre De Coubertín.





Tras concretar los medios para la gira, envió a la AUF un telegrama que decía:

“Gira financiada, embarquen. Martínez Laguarda”

Tres meses después de su arribo al viejo continente, llegaron los jugadores celestes.

Sobre la gira, basta con repasar el informe para la AUF, redactado por el propio Casto, que da muestras suficientes de su actividad como dirigente asociacionista, y de la magnitud de su figura.
El capitán de aquella selección, José Nasazzi, tiempo después lo recordaba:
“…porque fue un maestro y un ejemplo dentro de los cuadros dirigentes del fútbol del 24, cuya participación fue factor fundamental de la sensacional conquista, primero por campos de España y después de Francia.”

“Porque Casto Martínez Laguarda y sus compañeros de dirección no fueron a Europa a hacer turismo, fue a cumplir una misión difícil, extraordinariamente difícil.
Por primera vez en toda la historia del fútbol de América, salía una representación hacia el viejo continente. Iba a abrir caminos. A cumplir funciones de pioneros o de “bandeirantes” al decir de los brasileños, cuando sus hombres de alboradas de vida del gran país, se largaron a civilizar la selva.
Allá, este hombre que tenía la responsabilidad al frente de la delegación, tuvo que enfrentar y vivir indignidades.
Naturalmente ello se explicaba: nadie nos conocía ni a nuestro fútbol, ni a nuestra patria.
Y entonces se vivieron hechos desagradables, cuando la concertación previa del partido con España, se vivieron indignidades cuando en la FIFA, órgano presuntivamente integrado por gente culta, se le pidió a Casto Martínez Laguarda, frente a un mapamundi, que indicara dónde estaba ubicada la República del Uruguay, lo recuerdo como si fuese ahora.
Sin nerviosidades, pero dominado por un sereno orgullo, con su bastón indicó en el mapa la patria lejana.
Pero nada de ello, señoras y señores, provocó disminuciones anímicas en la delegación.
Casto Martínez Laguarda, entrega en cuerpo y alma a sus funciones, compartió con los muchachos todos los momentos.



Él, el inolvidable Martínez Laguarda, viajó igual que nosotros en vagones de tercera, cruzando España en momentos en que la concertación de partidos se hacía donde se podía y se nos aceptaba jugar.
Treinta y seis horas en duros bancos de madera, comiendo apresuradamente en las estaciones pan y fiambre, se hizo algo familiar en la delegación.
Y fue ese apoyo moral de hombres como Martínez Laguarda quien provocó el milagro de que los problemas se llamaran soluciones. Que todo se encarara con sana alegría.”

Esta profunda y rigurosa investigación, cuenta también con reconocimientos públicos después de la Olimpíada de Colombes y del campeonato del mundo de 1930, por haber sido “quien abrió el camino de las conquistas de la selección uruguaya”.

También la prensa argentina lo destacó después de su muerte, como “el hombre que hizo conocer el fútbol del Río de la Plata en Europa”.

En 1925, cuando Casto Martínez Laguarda renuncia a la AUF, el Dr. Atilio Narancio le envía una carta, indicando:
“Asociación Uruguaya de Football; Montevideo 28 de abril de 1925.
Señor Casto Martínez Laguarda:
Muy Señor mío: El Concejo de la Asociación ha tomado en consideración con el interés correspondiente a su alta jerarquía deportiva y a la simpatía que Ud. le inspira, su renuncia de miembro neutral de la Asociación Uruguaya de Football, y como no podía ser menos, resolvió devolverla la nota renuncia por considerarla improcedente, ya que siendo Ud. indispensable en la Asociación Uruguaya de Football tal como lo reconoció explícitamente el Consejo por unanimidad, no corresponde su renuncia sino su reincorporación inmediata, que todos esperamos se realizará en la próxima sesión.
Complacido de poder transmitir a Ud. esta resolución tan merecida y tan digna de Ud., aprovecho la oportunidad para saludarlo muy atentamente, Atilio Narancio – Presidente, Ignacio Reyes Molné – Secretario.”








Casto Martínez Laguarda fue diputado por tres períodos por el departamento de San José, electo por el Partido Nacional, además de ser presidente de la Comisión Nacional de Educación Física hasta el día de su fallecimiento, en octubre de 1932, a los 51 años.

Nuestra intención es reivindicar a una figura destacada que contribuyó sobremanera con aquel proceso de la selección ganadora del primer título internacional de la AUF, y que la mayoría de la gente lo asocia únicamente con el nombre del estadio de fútbol de San José.

Contáctenos:

18 de julio 1790 / Tel. 2409 6012 int. 216