El gran circo desprolijo
Cuando El gran circo Desprolijo llegaba a su pueblo, los habitantes esperaban con alegría la noche de la primera función.
Pero cuando se apagaban las luces y se iluminaba la pista, empezaban los problemas…
Trapecistas, payasos y equilibristas no lograban ponerse de acuerdo y el público se retiraba enojadísimo.
Por fin, un buen día a dos niños se le ocurrió una idea que quizá sería la solución a tan complicado inconveniente.