Reseña

El autor traza una línea virtual en la cual se balancea la justicia y la falta de moral de la misma.
Encarcelado injustamente por un delito que no ha cometido, desmoralizado, deprimido, encontrará el modo de sobrevivir y prevalecer por sobre todas las decepciones, enfrentará peligros, hará frente a personajes difíciles, encontrará personas que merecen la oportunidad de volver a empezar, saldrá fortalecido y desde su experiencia, comenzaremos a entender …
Seres nefastos que pululan blandiendo sus títulos para fortalecer relaciones con forajidos y delincuentes para castigar siempre al inocente y hacerle pagar con cárcel, los exabruptos de los que son siempre eximidos de pagar con las culpas con que normalmente en un estado de derecho deberían cargar.
El poder político en las sombras, jueces elegidos a dedo, sin experiencia alguna como para impartir justicia, fiscales corruptos que venden sus servicios por monedas al mejor postor.
Un coctel nefasto y explosivo cuenta con lujo de detalles la veracidad de un caso entre miles.
Un país al servicio de la inmoralidad y las malas costumbres, una justicia que no es tal, Una sociedad que juzga y castiga de antemano tan solo por el qué dirán. Dentro de este enmarañado coctel de maldad insolente existe un autor y una esperanza que no morirá jamás. La de limpiar su nombre.
Y sobre todo la de ver caer por el peso de la verdad a todos los partícipes innecesarios que, prendidos al pezón mayor de la corrupción, pretenden enquistarse en la justicia queriendo impartir leyes castigo para los idóneos he intentando eximir de culpas a los delincuentes que habitan nuestro suelo.
Se presume culpable. Pone de manifiesto el verdadero flagelo que arrasa a un país que necesita con urgencia volver a encontrar el rumbo.