La sorpresa de Brutilda
La piratita Brutilda se despierta con la nariz tapada. Solo Brutus, su papá, con palabras mágicas, puede ayudarla. Más tarde, mientras pasean por la isla empieza a soplar un viento muy fuerte. La arena vuela, los pájaros se chocan, la isla remonta vuelo.
Pero la tempestad pasará, como los miedos, los enojos o el resfrío. La clave está en el amor de padre e hija.