Reflexiones desde el silencio
La chacra perfecta para nosotros apareció, después de un año de búsqueda, en un alto, con vistas hacia los cuatro puntos cardinales y unas escasas tres hectáreas. Una cómoda casa de campo, nos abriga de los vientos serranos. Nuestro hogar es simple, y más que amplio para albergar a nuestra tribu de ocho perros, cuatro gatos, veinticinco gansos, cinco gallinas con su gallo, una yegua tordilla y algún amigo que quiera pasar una temporada.
A la chacra le di el nombre de El Silencio, porque ya venía encontrando el silencio dentro mío y porque el lugar ofrece momentos de silencio absoluto. Los relatos que aquí aparecen quieren transmitir algunas de las experiencias que este entorno, tan generoso, me ha regalado.