El pollo loco
Clarita pensaba que este sería otro día aburrido en el gallinero. Pronto las gallinas grandes tendrían que poner huevos. Pronto el gallo Gómez se pasearía por ahí rezongando y cantando cocorocooooó, cocorocooooó. Y así iba a ser hasta que anocheciera. Así iba a ser siempre. Pero estaba equivocada. Alguien cambiará la vida de todos los que viven en el gallinero.