Cuarenta años produciendo imágenes
Reseña histórica del CMDTC e IMAGEN (1979 – 2019)
En nuestro país, cuyos médicos estaban al tanto de los beneficios de la nueva técnica por la lectura de revistas científicas y la concurrencia a congresos internacionales, se empezó a derivar pacientes a Buenos Aires para ser estudiados con tomografía computada. Al mismo tiempo, se comenzó a evaluar la posibilidad de instalar un equipo en Montevideo. El precio de alrededor de un millón de dólares era la mayor dificultad para los organismos prestadores de la salud pública, Ministerio de Salud Pública y Hospital de Clínicas, que desde siempre carecían de recursos económicos suficientes. Las instituciones de asistencia médica colectiva tampoco veían la necesidad, en ese momento de una inversión de esa cuantía. Los que sí veían claro la absoluta necesidad de incorporar la nueva técnica eran los médicos, en particular los dedicados a la radiología, conscientes que la radiología convencional iba a ser suplantada por la TC, y los dedicados al sistema nervioso, hasta ese momento dependientes de estudios invasivos, peligrosos e insuficientes, para poder llegar a un diagnóstico muchas veces impreciso. Con esa inquietud se fueron conformando tres grupos de médicos, basados en afinidades personales y objetivos compartidos. Un grupo de médicos y radiólogos del Sanatorio Italiano, apoyados por la institución, otro grupo formado por radiólogos y un empresario ajeno a la medicina, apoyados por el entonces Sanatorio Larghero (hoy Sanatorio Juan Pablo II) y un tercer grupo integrado por más de treinta médicos de distintas especialidades: radiólogos, radioterapeutas, médicos de medicina nuclear, neurólogos y neurocirujanos, que contó con el respaldo institucional de IMPASA, hoy SMI, para la instalación física del tomógrafo y con un hábil coordinador y ensamblador, el Dr. Bartolomé Grillo.