Tranquilos, no hay viejas en la costa
Jime se muda a un balneario. A pesar de que esto no le gusta demasiado, allí conocerá a algunas personas especiales y, como a ella no le cuesta meterse en problemas, en cuestión de días descubrirá que en el club del barrio está pasando algo que pondrá en peligro la tranquila vida de los vecinos.