Caudillo de ideas
Wilson Ferreira Aldunate
El Partido Nacional siempre recibe brasas ardientes para gobernar. Luego de las bonanzas por las guerras mundiales, el país se derrumbó por políticas populistas y se llegó a 1958 en una profunda crisis económica y social. Con el partido reunificado y el formidable empuje del herrero-ruralismo y de la Unión Blanca Democrática, se triunfa con mayoría absoluta luego de 90 años de hegemonía colorada.
Se designan capacitados ministros sin mirar divisas: Juan Eduardo Azzini realiza la reforma monetaria y cambiaria vigente hasta hoy; Luis Giannattasio construye el país vial moderno, luego de las graves inundaciones de 1959; Homero Martínez Montero consolida inciertos límites y afirma principios de autodeterminación y no intervención.
Con pragmatismo y visión se crea la CIDE para evaluar y diagnosticar la situación real del país desconocida desde siempre. Gestionada por Enrique Iglesias y con excelencia técnica internacional, produce un cabal informe para el desarrollo integral. Wilson Ferreira impulsa leyes productivas y concibe su proyecto de país.
Pero el mundo de la guerra fría trajo cambios inexorables, que confundieron pensamientos y tensaron la ecuación social. Surge entonces, en plena democracia, la guerrilla ciega que daría pie a la posterior dictadura.