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ISBN 978-9974-94-284-4

Liberalismo Armado
Resistir la corrección política del lenguaje

Autor:Macías Fattoruso, Rodolfo Bernabé
Editorial:Macías Fattoruso, Rodolfo Bernabé
Materia:Vida intelectual
Clasificación:Lenguaje y lingüística
Público objetivo:General
Publicado:2019-03-06
Número de edición:1
Número de páginas:64
Tamaño:11.5x15.5cm.
Precio:$320
Encuadernación:Tapa blanda o bolsillo
Soporte:Impreso
Idioma:Español

Reseña

Las páginas que siguen tratan de ilustrar acerca de la necesidad de asumir con valentía el compromiso de la libertad personal.
Nuestras sociedades han ido quedando prisioneras de los juegos y coartadas de una dañosa tradición política que tendió a sustituir el ejercicio pleno de la vida adulta de los ciudadanos por la tutela estatal. Los políticos y las leyes que los políticos escribieron y volvieron a escribir y a revisar parten de la inicua premisa de que los ciudadanos somos menores de edad, que tenemos incapacidades básicas para regir nuestra vida, para construir un destino propio.
Las dietas, los programas de estudio, los modos en los que padres deben educar a sus hijos, las formas en las que se debe ganar e invertir el dinero, las horas que se deben trabajar, los libros que no deben leerse y los que sí pueden y deben leerse, el tipo de vínculos que deben tener los niños respecto de sus pares de otros géneros, las conductas o desviaciones que nos deben parecer simpáticas y dignas de imitación en el orden sexual, la orientación que han de seguir nuestras investigaciones científicas, las cantidades de sodio que debe recibir nuestro organismo, el inapelable dictamen de que somos incompetentes para prever los ahorros de nuestro retiro, la prohibición expresa de usar libremente nuestro dinero, las palabras que podemos pronunciar y las que debemos reprimir son algunos de los muchos mandatos que pesan sobre las personas de estas últimas décadas.
El despotismo de la política y la extensión de la profesión política como si se tratara de una inocente actividad necesaria para el bien de las personas, y por lo tanto merecedora de los cuantiosos fondos extraídos al ciudadano mediante la presión inmoderada de los impuestos, han llevado a un estado tal el deterioro de la existencia social que ya no queda otro camino que empezar a resistir. Hay que terminar con los abusos del Estado salido de quicio, hay que acabar para siempre con la pretensión de los que hacen del manejo de los intereses y derechos del prójimo una profesión, una carrera, un medio de vida.
Un país feliz es un país con un Estado mínimo, capaz de darse leyes básicas de convivencia y hacerlas cumplir implacablemente. Todo lo que se añada a esto es mera coacción indebida a la que no se le debe rendir ningún respeto ni tenerle ya, habida cuenta de las cotas que sobrepasó, ninguna paciencia.
En ese rechazo y en esa indignación estamos los liberales.
Y como en la historia todos los cambios materiales suelen ocurrir en el dominio de las mentalidades, es en el campo de las mentalidades que se debe empezar la lucha. La corrección política del lenguaje enturbió nuestra recta asunción de la realidad y ha creado merced a la violencia retórica un universo ficcional donde la autoridad ilegítima de la clase tutelar parecería que tiene una justificada razón de ser.
Contra esa maniobra, en nombre de la libertad individual, se levanta este libro.

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