Reseña

El sirio Amir llega a la Aguada y conquista a la hinchada aljibera. Se integra superando las barreras culturales, gracias a la ayuda del capitán Gonza, a pesar de las diferencias con el mediocampista Fredo, tratando de apoyar al delantero Moro. En un encuentro con todos los integrantes de este cuadro del barrio.
Igual que los protagonistas de Amigos orientales, los adolescentes viven con intensidad cada minuto de la vida, desbordan con su omnipresencia virtual y sus ocurrencias reales. Con todo por vivir, por sentir, por hacer, por probar. Con necesidad de familia y buenos amigos que los contengan, los orienten, les pongan límites, los ayuden a levantarse al caer, los acompañen en las pérdidas irrecuperables que les tocan y, sobre todo, les eviten errores inarreglables. En ese sentido, esta obra intenta arrojar algo de luz sobre temas adolescentes de actualidad, algunos muy problemáticos, que a veces muchos adultos no saben advertir. Los buenos padres y madres sabrán comprender esta intención y, desde ya, sabrán disculpar si algún tema o vocabulario resulta muy fuerte.
Porque además, los juveniles orientales, además de hablar así, todavía insisten con la «garra charrúa». En verdad, somos un país hecho de varios orígenes, con la mayoría nuestros ancestros descendidos de los barcos. También están los que se van hoy mismo y los que se vuelven. Uruguay es tierra de migrantes. De exiliados que se instalan. De refugiados que se adaptan. De disconformes que buscan su lugar bajo el sol. Ese sol patrio que flamea en nuestra bandera.
En una época llena de terribles imágenes de pueblos enteros desplazados por guerras, hambre, pestes y maldades, Amigos orientales quiere traer luz y esperanza. Mostrarle al mundo esa esencia integradora de la que siempre nos enorgullecimos. Dar testimonio de la rica diversidad étnica, social, religiosa y cultural que atesora nuestro amado país, que hace tiempo se fundió en el crisol de lo que fuimos, que todavía forma parte de lo que somos hoy, y que influirá en el país que un día forjen nuestros jóvenes. Con toda la savia nueva que le traigan los adolescentes llenos de vitalidad.
Como los amigos orientales que se encuentran en ese juego de la vida.